sábado, 29 de junio de 2013

Igualdad

Si odias a dos personas por ser homosexuales y creer que es una enfermedad cuando en realidad es un amor como cualquier otro, o incluso más puro, porque es sin prejuicios, deberías haber nacido homosexual.

Si crees que una persona, debido a su color, a su raza, a su nación, etc... es inferior a ti y debería irse de este país, cuando viene tan solo a buscar un plato de comida y salir adelante, deberías haber nacido negro.

Si una mujer para ti es un ser inferior al hombre solo porque es una mujer y crees que su sitio es estar en casa limpiando y cuidando de tus hijos, no deberías haber nacido.

Si piensas que un gitano, por el hecho de serlo, es un ladrón, no se lava, es un asesino y demás prejuicios sinsentido, no conoces nada, por lo tanto, no debes hablar, porque es mejor callarse y parecer idiota, que hablar sin saber, y confirmarlo.

Si crees que el andaluz es el típico vago, que no trabaja, gracioso, cateto... deberías lavarte la boca para hablar de los andaluces, porque después te callan la boca cuando abren la suya y te tienes que callar como un imbécil.

Si tienes prejuicios, deberías cambiar tu forma de ser, porque generalizar es igual a equivocarse. Son verbos sinónimos. En cambio, ya que no entiendes nada de nada(o no quieres entender), investiga, entérate, infórmate, pero no hables sin saber, por tu bien, porque estás haciendo el tonto. Es por ti, no por nada más allá. Generalizar es una estupidez, para generalizar tienes que conocer a una persona tras otra, y si todas son iguales puedes decir "pues sí, los gitanos son todos unos ladrones". Lo malo es que no puedes, porque hay miles y miles de gitanos con más base que tú. Tanto universitarios, como profesores, como jugadores de fútbol... Si hablas con todos los sudamericanos(uno tras otro) y todos son borrachos, entonces y solo entonces podrás decir "son todos unos borrachos". El problema es que tampoco puedes hacer ésto, ya que muchos de ellos mientras eres tú el que está borracho por ahí, él está trabajando para llevar a su familia hacia delante.

No hables sin saber, te lo ruego, tómatelo en serio, ésto es más importante que cualquier otra cosa, una mente limpia y libre de prejuicios es sinónimo de una persona agradable, sociable, una persona que vale la pena, una persona perfecta. Por favor, no generalices, porque te acabarás equivocando.

miércoles, 26 de junio de 2013

A ti que escribes este texto.

A veces me acompañas y saco partido a tu compañía, otras en cambio, me das totalmente de lado y no sé nada de ti. Pero es que sin ti, ¿qué sentido tiene la vida? ¿Qué hago yo sin ti? Sé que no te tengo lo que yo quisiera, porque eres efímera y me abandonas cada cierto período de tiempo, pero te mereces mucho más que unas simples palabras de un simple amante tuyo. Solo uno más.

Sueles venir en ocasiones en las que nadie más está, porque te gusta estar conmigo a solas, que nos sentemos juntos en mi cama y soñemos con un mundo mejor. Sin ti ni siquiera estaría escribiendo esto, sin ti no vivo. Ésto no es amor, ésto se llama idolatrarte. Y es que creo que me he enamorado de ti. Visitas mi cama todas las noches, me dices al oído cosas que solo tú y yo entendemos. Luego te vas, y me dejas solo, vacío, desolado, intranquilo... sin ti al fin y al cabo.

Tú haces grande a cualquiera, desde el mayor poeta hasta el último loco. Desde la máxima autoridad hasta el último esclavo. A cualquiera, porque tú lo tienes todo y tú lo das todo. Quizás hay quien no te sabe utilizar, quizás hay a quien también visitas con mayor frecuencia que a mí, y eso me hace sentir celos, porque te quiero solo para mí. Ayer te vi marchándote de mi cama, con tu pelo negro que cruzaba toda tu espalda, esos ojos negros como azabaches negros. Esa espalda celestialmente desnuda y esas piernas que toman el camino que tiene como meta ser una mujer.

Sin ti no habría escritores, ni poetas, ni pintores, ni arquitectos... nada, no habría nada. Eres la que inspira a cualquiera. Eres única. Inigualable. Y es que no hay nadie como tú, inspiración.

domingo, 23 de junio de 2013

Amor y mentira son sinónimos.

Hará cuestión de meses, juró que nunca más se enamoraría, juró que nadie nunca más haría de sus tardes pesadillas, arrancando pétalos con el "me quiere, no me quiere". Juró ante Dios y ante el Diablo(porque no sabe cuál es el de verdad) que nadie conseguiría hacerle entregar su corazón, su tiempo y su amor. Ahora que no lo tiene ni se preocupa por nada, se arrepiente.

Es cierto que el amor, cuando no es correspondido es lo peor, porque es la unión de los peores sentimientos en uno; tristeza, desolación, autoestima baja, dolor, ganas de llorar, más dolor... Pero a su vez, este curioso sentimiento, si se da bien, te da todo lo contrario, todos los buenos sentimientos; amor de sobra, cariño, felicidad, alegría, una autoestima considerablemente alta... en resumen, una eterna dosis de felicidad. Pero para ser así de feliz, tienes que conseguir muchas cosas, como dar con la persona correcta, sufrir antes de decirle que la quieres, ponerte celoso cuando alguien se pone cariñoso con ella, y muchos otros inconvenientes más.

Lleva mucho tiempo sin sentir nada por nadie, se siente como un ser sin sentimientos, cree que es alguien diferente, cree que es raro, que es un monstruo, pero en realidad, es el ser más listo de este mundo. ¿Para qué sufrir por algo que es caduco? ¿Para qué sufrir por algo que acabará tarde o temprano? El amor es una mentira, un sufrir por sufrir, un llorar por llorar. El que se enamora, aunque suene extraño decirlo así, es masoquista, porque se enamora aún sabiendo que le va a doler y que va a acabar peor de lo que estaba si se enamora. Es morir en vida como si nada.

Yo prefiero quererme a mí mismo, que sé que no me voy a fallar. Yo prefiero compartir mis inquietudes con mi perro, que sé que no me va a clavar un puñal por la espalda. Yo prefiero abrazar a mi guitarra, que sé que no va a traicionarme. Yo prefiero guardarme todo ese loco y estúpido amor para mí y los míos, porque es el único amor seguro. El único amor sin fecha de caducidad. Simplemente, el único amor.

No llores por quien ni siquiera quiere saber algo de ti. Nadie merece tus lágrimas, llorar no vale la pena. Guárdate tus lágrimas y tus llantos, lloros y lamentos para cuando algún ser querido se te vaya, porque ese ser querido te ha visto nacer, crecer y formarte como persona y nunca te ha traicionado.

viernes, 14 de junio de 2013

La palabra: los cañones de toda la vida.

"Las palabras pueden hacer más daño, se clavan en el alma como si fueran clavos", dice una letra de una canción. Y tiene toda la razón. La palabra es más que un conjunto de letras. Es más que un conjunto de fonemas. Es más. Mucho más. La palabra habla y canta por sí sola. No tiene padres, es huérfana, pero puede acabar con toda una civilización ella sola.

La palabra es la primera opción que se te ocurre en una pelea. La palabra nos hace sentir libres cada vez que hablamos con libertad y decimos cualquier palabra. La palabra sola no es nada. Ella está ahí, pero tú tienes que ser lo suficientemente inteligente como para unir un conjunto de ellas y decir una opinión sobre algo. La palabra es una mujer que necesita de un varón para tener sentido, para que se la entienda, para que se la escuche. La palabra es una canción sin música. Un libro sin hojas. Un cielo sin nubes. Porque por sí sola, no puede hacer nada.

La palabra es muchas cosas, pero sobre todo destaca por acercarse a la libertad de expresión. Tú eres libre para decir tus pensamientos, eres libre para formar la revolución de las palabras, eres libre para que salgan de tu boca siempre que quieras y de la forma que quieras. Pero es una lástima que no lo hagas. Es una verdadera lástima; el político robándote y dejándote sin trabajo y sin dinero y tú, ahí, parado(en el amplio sentido de la palabra), sin reprocharle a la cara y pedirle lo que es tuyo, sin manifestar un cambio necesario, no solo para ti, sino para todos. Qué pena que mientras que él abre el cajón para quitarnos más aún si cabe, con todo el poder que tienes en tus manos, no haces nada. Con toda la fuerza que tiene la palabra del pueblo, con todo el poder que derrochan las revoluciones, con la probabilidad que tenemos de meterles miedo saliendo todos a la calle, no hagamos nada. ¿Dónde están las palabras que se utilizaban antes? Antes, sí, en época de franquismo y de guerras, cuando por decir verdades te podían meter un tiro. En esa etapa, los valientes cantaban y decían las verdades a la cara, y sin ningún miedo. Aún sin tener libertad de expresión, hablaban sin miedo a una reprimenda. Muchos murieron afusilados, sí, pero con la tranquilidad de haber dicho la verdad y haberla dicho bien. Ahora en cambio, tenemos libertad de expresión, sí, ¿pero de qué nos sirve? ¿De qué nos vale? Si están todos acobardados sin manifestarse y salir a la calle a por los derechos que ya de por sí tiene. A quién tratarán de engañar. Qué habremos hecho para que la democracia se convierta en dictadura. Qué habremos hecho para perder al pueblo valiente y revolucionario y reemplazarlo por el pueblo cobarde al que poco le importa esta farsa. Qué valientes todos los que tiran la piedra y esconden la mano, pero más valientes son los que en vez de tirar la piedra, se la tragan, porque tienen miedo de que la piedra se vuelva en su contra. Son todos unos cobardes, y cobardes así, no merecen ni llamarse españoles.

sábado, 8 de junio de 2013

Paren la vida que aquí me bajo.

No te das cuenta y llega ese momento en el que dices "qué pronto pasa el tiempo", y es que el tiempo pasa y pasa, pero tú no te das cuenta:

Naces, aprendes a andar y antes de que te des cuenta, ya estás en la escuela, en el mundo de la educación, del que no saldrás en un largo período de tiempo, sin mayor libertad que el descanso que te das a ti mismo mientras estudias. Y es que el tiempo pasa y pasa, pero tú no te das cuenta.

Cuando terminas de estudiar y te pones a trabajar, no tienes nada más que hacer que trabajar para tener dinero, llevar a tu familia adelante, y las barbaridades necesarias para tener una casa y una familia. Pasan los años y no has hecho nada, con todo lo que hay por hacer... Y es que el tiempo pasa y pasa, pero tú no te das cuenta.

Cuando estás apunto de dejar de trabajar, de ser feliz, de valorar la vida (un poco tarde, pero qué se le va a hacer), te dicen que tienes que trabajar dos años más para jubilarte. Dos años que son tuyos, dedicados a ti y a tu familia. Dos años que se encargan de arreglar errores de gobierno a cambio de tu esfuerzo, tu trabajo y tu sangre (lo que has hecho toda tu vida, pero dos años más). "Qué importarán dos años más", se atreven a decir algunos. Claro, qué le importarán dos años más a un político, si son dos años más robando del cajón. Esos dos años son nuestros, nada ni nadie puede arrebatárnoslos. Y es que el tiempo pasa y pasa, pero tú no te das cuenta.

Y cuando ya estás jubilado, puedes disfrutar de la vida y puedes relajarte totalmente, hay una "amiga" que siempre ha estado en la esquina de tu casa rondando el día en el que decidas irte con ella. Y cuando más feliz estás, es cuando ella decide venir, es cuando se le ocurre la genial idea de quitarte del medio, es cuando La Muerte viene a buscarte. Y si no viene a buscarte y te da un rato más en este mundo, tranquilo, que tampoco vas a disfrutar mucho, ya que tu vejez te lo recordará. Que ya no es como antes, que subías los escalones de tres en tres, que ahora tienes que coger el ascensor. Que todo ha cambiado, ahora no sales todos los días que quieres, ahora sales a tomarte un refresco al bar de la esquina si no estás agotado. Ahora es cuando al Gobierno se le ocurre la idea de darte la libertad, cuando tu cuerpo apenas la tiene. Naces con libertad, una libertad que apenas dura 3 años, pero que no puedes disfrutar, y cuando vuelve a llegar, tampoco, porque ya no es que no sepas disfrutarla, es que no te lo permite tu movilidad. Y es que el tiempo pasa y pasa, pero tú no te das cuenta.

La vida está para disfrutarla, la vida es mía, la vida me la dio mi madre y es para mí, la vida es mía y solo mía, y ni el Gobierno ni nadie puede quitármela durante 67 años, nadie debería de dejar que ésto pase. La vida debería de ser una fiesta durante los siete días de la semana, durante los 30 días del mes y durante los 365 días del año, y 366 si es año bisiesto. Debería de ser alegría, no un drama el sobrevivir, no ya vivir bien, que eso ya es imposible si no eres borbón, sino sobrevivir. Y no me vengan con que esto es una preparación, que la verdadera vida viene después de la muerte, que no creo en ese que se hace llamar "Dios" y deja a sus queridísimos hijos muertos de hambre, a asesinos sin castigo y tantísimas injusticias más. No me creo que alguien pueda ser tan hipócrita. Mándalos a todos a tomar viento, vive la vida como te dé la gana, que para eso es tuya. Y de nadie más.