martes, 6 de agosto de 2013

Olvídate.

¿Cuántas veces te has visto en un aprieto entre el quiero y el no puedo? ¿Cuántas veces has suspirado por falta de libertad y por sobras de problemas? ¿Cuántas veces? Pues va siendo hora de que todo, tanto lo malo como lo bueno, lo olvides. Al menos por unos minutos. Te sentirás una persona libre y más decidida cuando acabes de leer este texto.

Olvídate de los odios, no llevan a nada bueno. Olvídate de la persona que te gusta y no te corresponde o de la persona que te haga sufrir, en definitiva, olvida los amores, no valen nada. Olvídate de los exámenes, aunque solo sea por un momento. Olvida los recuerdos de tu vida que tan solo rememorándolos te echas a llorar, no derrames lágrimas por nada ni nadie nunca más. Olvídate de tu mala suerte, desde hoy tu lema será "todo saldrá bien". Olvídate de que vives con más gente y echa a correr sin dirección, ve por la calle cantando a gritos tu canción preferida sin temor a que te escuchen. Olvídate de lo malo que se avecina, el futuro ya llegará y el pasado, ya pasó. Vive el presente que es lo único que te salva.

Llora solo cuando lo necesites y vayas a explotar, entonces ese llanto te reconfortará y te hará más fuerte. Ríe siempre que tengas la oportunidad, y si no la tienes, invéntatela. Corre mientras tus piernas te respondan, sin parar, canta mientras no se hunda tu voz, baila hasta que tus pies sangren. Vive la vida y olvídate de todo por un momento. Sé tú mismo, no la persona que quieren que seas. Olvídate de todos y cada uno de tus problemas. Olvídate de que existe el mundo. Olvídate de la palabra olvidar. Olvida, al fin y al cabo.


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