viernes, 17 de junio de 2016

Déjame ser libre.

“Yo a tu edad…” *añádele una actividad estúpida en la que este tipo de ser a tu edad hacía mejor que tú cien veces.* ¿Cuántas veces hemos escuchado esto? ¿Cuántas veces nos hemos sentido menores a esa persona simplemente porque es mayor que nosotr@s en edad? O el típico “Tú… ¿Cómo te llamabas?-aquí pretende hacer ver que tu nombre e identidad son irrelevantes, el/la importante es él/ella- yo cuando tenía tu edad estudiaba, trabajaba, le traía el sueldo a mis padres…” Y cuando tú le intentas explicar que apenas tienes edad para trabajar y los tiempos que corren son mucho más difíciles ahora,  ya ha sacado otro tema diferente en el que claramente refleja que es superior a ti y él ha vivido mil vidas mientras tú estás tirado en el sofá “sin hacer nada”.  Sí, hablo de lo que aquí en España se llama ‘cuñadismo’.

Estas personas no sólo son fantoches que te cuentan milongas para parecer importantes y que llevan toda la vida siéndolo, no. Él/Ella te va a hacer ver, más bien obligar, a que te des cuenta de que su partido político es el correcto, su ideología es la correcta, su forma de tratar a la mujer es la correcta y su política en la que “todos esos sudacas tienen que irse de aquí, nos roban el trabajo a los españoles” también es correctísima. Ya basta de lavarnos la mente con tus pensamientos, forma de ver los temas sociales actuales o “lo que realmente es importante"-que es lo que él/ella diga-. Ya basta de manipular personas para tu beneficio. Dejadnos a los jóvenes, que aunque a ti te parezca una locura, tenemos el país en nuestras manos y podemos decidir perfectamente qué partido se ciñe más a nuestra forma de pensar, también podemos decidir si nos gustan las mujeres o los hombres y no por eso somos “maricones”, y también podemos estar en contra del racismo sin ser negros. Si vas a concienciar a alguien, que sea diciéndole que es libre de pensar como quiera, que los jóvenes también sabemos pensar, y nuestro pensamiento no es menos válido por tener 20, 30 o 40 años menos que tú. Por mucho que te duela, querida “persona superior” en los jóvenes descansa el peso de la revolución, del futuro del país y por supuesto del nuestro propio. Ah, y de tu futuro también. Se me olvidaba que yo a tu edad no dejaré de luchar por mi ideología y no tendré que inculcársela a otr@ para que la lleve a cabo por mí.

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