Lamento
informarles de esta
triste noticia que
otros medios ni
siquiera se han atrevido a tratar, quizá porque pueda herir la
sensibilidad de sus lectores. Sí,
hoy ha sido otro de esos días. Hoy, tres seres inocentes han perdido
sus vidas ante las manos de unos extremistas asesinos. Ni siquiera
han pedido perdón, ni han entregado sus armas, sino que han salido
vitoreados y algunos incluso “enfadados” porque su asesinato no
ha sido totalmente perfecto. ¿Parece surrealista lo que estoy
diciendo? No, si hablamos de tauromaquia.
Estos
radicales, no solo se limitan a salir a un ruedo vestidos como
absolutos imbéciles(bajo un denominado traje de “luces”,
precisamente lo que les falta) a ponerse delante de un toro,
cabrearlo, marearlo, atacarlo y matarlo. También dejan citas. Sí,
sí, como si asesinaras a alguien y lo primero que ocurriera fuera
que te pidieran declaraciones. ¿Y qué hermosas citas nos dejan los
pintores
abstractos de esta época? Por
ejemplo, el asesino Curro Díaz se dirigió al monarca emérito-sí,
en este país, aparte de estar bien visto el asesinato, nuestro rey
emérito va a disfrutar de él- y le dijo “es un honor que usted
acuda a los toros y defienda la fiesta. Va por usted y viva España”.
No sé yo si disfrutó
tanto, él prefiere los
elefantes. Y sobre lo de “viva España”, pues nada que comentar,
también podría haber dicho “vivan las pizzas con piña” y
habría tenido el mismo sentido en la oración-y
del gusto-. Otra cita de uno
de estos asesinos ha sido la de López Simón, que tras una mala
actuación-me limito a informar, yo tampoco entiendo cómo se puede
matar malamente- dijo que “¿para qué iba a hablar? Que cada uno
saque sus conclusiones”. Esto es el colmo
de lo absurdo, es como si un yihadista, tras atropellar con una
furgoneta a una docena de personas inocentes, tuviera la cara de
declarar ante las cámaras “que cada uno saque las conclusiones,
mira, yo he atropellado a esas personas porque llevaban pantalones
pitillos y me parece una horterada”. En fin. Luego tenemos al poeta
Paco Ureña que nos deja con este precioso soneto: “El toro no
veía. Qué ganas de cabrear a todas esas personas que pagan una
entrada. Si no ve el toro hay que devolverlo”. Precioso, aunque no
tenga rima, pero sin duda es una hermosa poesía. La
verdad es que como toreros no sé, pero como asesinos dejan mucho que
desear. ¿Se imaginan a un asesino de verdad diciendo “mire, si la
víctima no ve, hay que devolverla, que no me gusta”?
Lo
peor de estos radicales-obviamente afiliados todos al partido
político venezolano
‘Podemos’-, es que nadie les dice que lo que hacen está mal. Se
les pone la alfombra roja-de sangre-, los sacan por la puerta grande
y los vitorean como a héroes. Menos
mal que nuestro rey emérito ha ido a esa deshonrosa celebración
como infiltrado para posteriormente informar a Felipe de la
aberración cometida en ese recinto. Para héroe nuestro antiguo rey
Juan Carlos, que se ha tomado la molestia de ver con sus propios ojos
esa masacre solo para mantenernos al tanto de estos actos horrorosos
que se cometen en nuestro propio país. Seguro que toman medidas y
esta es la última corrida que tendremos que soportar.